El presidente de Nigeria, Bola Ahmed Tinubu, declaró una "emergencia de seguridad nacional" ante la ola de secuestros masivos en el país, incluido el rapto de 303 estudiantes y doce profesores de la Escuela Católica de Secundaria St. Mary’s, en el estado de Níger (centro-oeste). Como parte de la medida, anunció el reclutamiento adicional de 20.000 agentes de policía, elevando la fuerza total a 50.000 efectivos. "Hoy, en vista de la creciente situación de seguridad, he decidido declarar una emergencia de seguridad nacional y ordenar un reclutamiento adicional en las Fuerzas Armadas", dijo Tinubu en un comunicado. Además, ordenó desplegar a los guardias forestales ya entrenados, en lo que pretendería 'combatir' a los 'terroristas y bandidos' que operarían en bosques, en lo que buscaría 'reducir los refugios' de los criminales.
El presidente refirió que habría necesidad de 'participación ciudadana' en la seguridad del país, señalando que "estos tiempos exigen la colaboración de todos. Como nigerianos, todos debemos involucrarnos en la seguridad de nuestra nación". La medida llega tras varios incidentes recientes, como el secuestro de diez personas en el pueblo de Isapa, en el estado de Kwara, y el rapto de 38 feligreses en Ekuru, liberados posteriormente el domingo. El gobierno también informó que las 24 niñas secuestradas el 17 de noviembre en un internado del estado de Kebbi habrían sido liberadas. Sin embargo, la crisis se agudiza con el reciente secuestro de los 303 estudiantes y doce profesores en St. Mary’s, de los cuales cincuenta alumnos habrían escapado de sus captores.
La inseguridad en Nigeria se concentraría en las regiones del centro y noroeste, donde grupos conocidos como "bandidos" cometerían asaltos y secuestros masivos para exigir rescates, y en ocasiones serían catalogados como "terroristas" por las autoridades. A esta situación se sumaría la operación del grupo Boko Haram y su escisión, el Estado Islámico en la Provincia de África Occidental (ISWAP), que operarían en el noreste del país desde 2009 y 2016 respectivamente. El secuestro masivo de 276 niñas en 2014 en la aldea de Chibok, en el noreste de Nigeria, marcó un precedente de conmoción nacional e internacional. Aunque muchas habrían podido escapar, la ONU reportó que al menos 91 seguían sin regresar a sus hogares, recordando la persistente vulnerabilidad del sistema de seguridad nigeriano frente a este tipo de ataques. El reporte continúa en desarrollo.
Vía: DW • EFE • Reuters


